Es una bonita ciudad de la Toscana, famosa mundialmente por ser una de las pocas comunas que mantiene aún intactas sus murallas medievales, ya que nunca fueron atacadas. Dentro de las murallas que la rodean completamente, Lucca posee un centro histórico que conserva su esplendor original desde la Edad Media.
Esto se debe a que la ciudad fue una república independiente durante 500 años (hasta 1847). Milagrosamente se mantuvo ajena a la destrucción de la guerra, por lo que se conserva intacta entre los patrimonios artísticos más importantes de la Toscana. Es conocida como “la ciudad de las 100 torres y las 100 iglesias”. Fue cuna del compositor Giacomo Puccini, y también albergó a Dante Alighieri.
Nada más bajarnos el tren compramos un mapa de Lucca en la estación (bastante útil). Después nos introdujimos a través de sus murallas y paseamos por la ciudadela buscando un sitio para comer que habiamos visto en Tripadvisor, pero por cuestiones del destino al final acabamos comiendo en Trattoria Gigi (Piazza del Carmine 7, 55100, Lucca, Italia). Era un negocio familiar con comida y postres caseros buenísimos. El precio y el trato fueron geniales.
Mapa y paraguas en mano nos dispusimos a deambular por la ciudad. La ciudad tenía aún más encanto porque todavía no habían quitado las lucecitas de Navidad de las calles y eso hacía el paseo muy acogedor (expecto por la holy lluvia ¬¬). Vimos Iglesias.... la plaza del anfiteatro... murallas.... jardines.... sin detenernos demasiado.
Tras el chasco, nos fuimos dando un paseo de vuelta a la estación. Nos cruzamos con un mercadillo y bicheamos un poco pos los puestecillos. He de mencionar que ese mercadillo tenía un sistema para canalizar la lluvia bastante envidiable y así se evitaban los típicos charcos que se forman encima de los toldos y luego sin previo aviso le caen a los transeuntes encima....
Mapa y paraguas en mano nos dispusimos a deambular por la ciudad. La ciudad tenía aún más encanto porque todavía no habían quitado las lucecitas de Navidad de las calles y eso hacía el paseo muy acogedor (expecto por la holy lluvia ¬¬). Vimos Iglesias.... la plaza del anfiteatro... murallas.... jardines.... sin detenernos demasiado.
A media tarde decidimos acercarnos a esa torre tan chula que aparecía en el folleto turístico de Lucca "Torre Guinigi". Una torre con arboles en su azotea y desde la que seguro había unas vistas impresionantes desde la ciudad. Aquí fue cuando nuestro maravilloso mapa, que a esas horas estaba más cerca de parecer una toallita, nos traicionó. En el mapa estaba mal indicado donde estaba la torre y encima las calles de Lucca son un poco laberínticas (parecidas a Toledo pero en plano), a esto también le podemos sumar que las calles de Lucca son muy estrechas y desde el suelo no se ve donde están las torres.... La cuestión es que cuando conseguimos dar con la torre ya estaba cerrada ¡¡Cómo no, cerraban pronto!!.
Tras el chasco, nos fuimos dando un paseo de vuelta a la estación. Nos cruzamos con un mercadillo y bicheamos un poco pos los puestecillos. He de mencionar que ese mercadillo tenía un sistema para canalizar la lluvia bastante envidiable y así se evitaban los típicos charcos que se forman encima de los toldos y luego sin previo aviso le caen a los transeuntes encima....